Pasos para retirar amianto de forma segura
Tuve que enfrentarme a la retirada de amianto en una antigua nave industrial. Fue un proceso largo, meticuloso y, sobre todo, muy delicado. Desde entonces, siempre recomiendo conocer bien todos los pasos para retirar amianto antes de iniciar cualquier acción. No es solo por legalidad, sino por salud, seguridad y responsabilidad ambiental.
En este artículo comparto, desde la experiencia, cada una de las fases clave para llevar a cabo esta tarea con total seguridad. Desde el diagnóstico inicial hasta la gestión final del residuo, pasando por una planificación milimétrica y una ejecución rigurosa. Además, te explico por qué es esencial dejarlo en manos de profesionales homologados.
Tabla de contenidos
Diagnóstico inicial: ¿hay amianto?
El primer paso en cualquier proceso de retirada es saber si realmente hay amianto. En mi caso, sospechábamos de su presencia por el tipo de tejado, pero no podíamos confirmarlo sin una inspección técnica.
Para este primer diagnóstico, se recurre a una empresa especializada que realiza un análisis de materiales sospechosos, como fibrocemento, canalizaciones antiguas o recubrimientos térmicos. Toman muestras siguiendo un protocolo estricto de seguridad y las envían a laboratorios acreditados.
Este diagnóstico es más que necesario. No solo identifica el tipo de amianto (crisotilo, crocidolita, etc.), sino también su estado: si está deteriorado, friable o aún en condiciones estables. Esta información determinará los siguientes pasos para retirar amianto de manera segura y legal.
Elaboración del Plan de Trabajo
Una vez confirmado que hay amianto, no se puede proceder sin un Plan de Trabajo aprobado por la autoridad laboral competente.
El plan incluye:
- Métodos de retirada.
- Equipos de protección individual (EPIs) y colectiva.
- Medidas de aislamiento de la zona.
- Protocolos de descontaminación.
- Procedimientos ante emergencias.
- Gestión posterior del residuo.
Todo esto debe estar ajustado al Real Decreto 396/2006, que regula las disposiciones mínimas de seguridad y salud en trabajos con exposición a amianto en España.
Además, este plan debe ser aprobado antes de comenzar cualquier intervención. Así que si estás organizando los pasos para retirar amianto, ten en cuenta este periodo de validación oficial, que puede tardar entre 2 y 4 semanas.
Preparación del área y medidas de seguridad
Después de obtener el visto bueno, empieza la preparación del entorno. Este paso fue clave en mi experiencia. Vi cómo se instalaban barreras físicas, señalizaciones claras y zonas de descontaminación. Todo para garantizar que el riesgo de exposición sea nulo, tanto para los trabajadores como para el entorno.
Entre las medidas habituales están:
- Cierre perimetral y señalización obligatoria.
- Aislamiento hermético de las zonas afectadas.
- Instalación de duchas de descontaminación y zonas de cambio.
- Verificación de que ningún acceso queda sin proteger.
A estas alturas, ya te das cuenta de que los pasos para retirar amianto no son simplemente técnicos, sino también profundamente logísticos. Se necesita coordinación precisa entre operarios, responsables de seguridad y, en ocasiones, hasta cuerpos municipales.
Retirada del amianto: técnica y precisión
La extracción es, sin duda, la fase más crítica del proceso. Aquí no caben errores. En mi caso, el equipo que trabajó llevaba trajes herméticos, mascarillas de presión positiva y herramientas específicas para no liberar fibras al aire.
El procedimiento varía dependiendo del tipo de amianto, pero siempre incluye:
- Mojado previo de los materiales para evitar liberación de fibras.
- Desatornillado o desmontaje manual, sin cortes ni roturas.
- Embalaje inmediato en bolsas o contenedores homologados.
- Marcado de residuos con el símbolo de peligro por amianto.
Además, los operarios no pueden salir del área sin pasar por un proceso de descontaminación. Esto incluye ducha completa, cambio de ropa y desinfección de herramientas. Esta meticulosidad es esencial cuando seguimos los pasos para retirar amianto sin comprometer la salud.
Transporte y gestión de residuos
Uno de los errores más comunes que he visto es pensar que, una vez retirado el amianto, se puede desechar como un residuo más. Nada más lejos de la realidad. El amianto es un residuo peligroso y solo puede ser gestionado por transportistas y vertederos autorizados.
Una vez que se ha retirado, se embala en envases herméticos y etiquetados según normativa. Luego se transporta con un documento de control y seguimiento hasta un vertedero autorizado, donde se realiza su enterramiento bajo medidas de aislamiento.
Este paso es crucial para cerrar el ciclo con responsabilidad ambiental. Si vas a realizar o supervisar los pasos para retirar amianto, asegúrate de que esta fase se documenta correctamente, con certificados y facturas que lo acrediten.
Descontaminación y limpieza final
Después de la retirada, no se da por finalizado el proceso sin una limpieza exhaustiva de la zona. En mi experiencia, esto incluyó aspiradores con filtros HEPA, doble limpieza húmeda y verificación ambiental mediante mediciones de fibras en el aire.
Solo tras estos controles, la zona se considera segura para volver a ser utilizada. El resultado: un espacio libre de riesgos, sin restos visibles ni invisibles.
Este cierre es más que simbólico. Marca el fin de un proceso que debe realizarse con la máxima responsabilidad. Los pasos para retirar amianto no terminan con la extracción, sino con la recuperación total del entorno.
Certificación final y archivo documental
Por último, y no menos importante, todo debe quedar debidamente documentado. Desde el diagnóstico inicial hasta el certificado de correcta gestión del residuo. Esta trazabilidad es esencial para cumplir con la normativa y para cualquier inspección futura.
Conclusión: No lo hagas solo, hazlo bien
Retirar amianto no es algo que se deba improvisar ni dejar en manos inexpertas. Yo lo viví de cerca y aprendí que, más allá de cumplir una normativa, es un acto de respeto por la salud de todos y por el medio ambiente.
Seguir los pasos para retirar amianto implica conciencia, técnica y mucha planificación. Pero, sobre todo, implica confiar en expertos que puedan asumir cada fase con garantías.
Desde Vertikal360, ofrecemos un servicio completo de retirada de amianto: diagnóstico, gestión del plan, ejecución y control de residuos. Nos encargamos de todo para que tú no tengas que preocuparte por nada. Porque la seguridad no se negocia. Y nosotros la tomamos muy en serio.